La verdad es que la prominente barriga del presidente Alan García, es ya una preocupación nacional, aunque algunos malvados piensen que es mejor que la "inflación" vaya por ese lado antes que por el lado de nuestra economía; sin embargo, no deja de preocupar el significativo volumen del mandatario.
Dicen que el hambre presidencial es ahora incontrolable. Cuentan que algunas veces cuando se traslada de un punto a otro en su automóvil, orden parar la caravana presidencial para comerse un anticuchito en el camino.
Aquí hice una caricatura sobre el tema, ahora que la fiebre amarilla ha invadido los cines peruanos.
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