
Pese a que hay quienes apoyan la megalomanía del alcalde de Lima Luis Castañeda Lossio y su afán por llenar de agua la capital, las críticas a su paseo Mágico de Agua inaugurado recientemente en el otrora tranquilo Parque de la Reserva, continúan y cada vez es más complicado por su disciplinado escudero Marco Parra de explicar las cuentas claras sobre la inversión hecha en la obra de marras.
En las entrevistas dadas a los diferentes medios, no exhibe documentos y contestar con vaguedades tratando de desviar las preguntas que le exigen que muestre los detalles de gasto y de dónde saldrá el dinero para recuperar los 13 millones de dólares que se escurren diariamente en las fuentes y piletas instaladas.
Pero hay más. Nadie ha dicho nada sobre si hay un estudio de impacto ambiental que exige la ley para una obra de esa magnitud en una de las pocas áreas verdes que existen en el Cercado de Lima. Las ONG's dedicadas a la defensa del medio ambiente no han dicho absolutamente nada y la verdad es que la tranquilidad nocturna de aquel parque ya no es la misma desde que el juego de luces de colores y chorros de agua con música ambiental la han roto. Pues las cientos de aves endémicas que viven allí debe estar recordando, con razón, la familia del alcalde.