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lunes, 4 de junio de 2007

LUCAR Y LA CANCHAYA


Realmente patético el reportaje de "Día D", sobre la congresista Elsa Canchaya, convertida en una víctima, pobrecita ella, del dedo acusador de los electores, gracias a la nota hecha por la reportera Andrea Llosa que le dió amplio espacio para que la legisladora llore, haga pucheros y acuse a la prensa de manipular los testimonios, porque ella es y será inocente de toda culpa.

Pero sobre todo, ver a Nicolás Lúcar, convertido en defensor de oficio, blandiendo documentos y defendiendo la posición de la Canchaya, bajo el pretexto que el periodismo debe ofrecer las dos versiones de un caso. Y en efecto, eso que dijo Lúcar es cierto, la prensa debe dar las dos versiones para que los lectores o televidentes saquen sus propias conclusiones; pero Lúcar se olvida que la Canchaya cayó enredada en sus propias mentiras y que "Cuarto Poder" sí dio ambas versiones, sólo que estás se desbarataban por su propio peso.

Peor aún, la nana Jaqueline Simón, convertida de la noche a la mañana en una candidata a congresista, se despachó a su gusto, argumentando que todo este asunto se reduce a un tema de discriminación ¿Pueden creer eso???; y es que la audaz reportera Andrea Llosa es muy buena para hacer crónicas rojas, policiacas y marginales, pero como entrevistadora deja mucho que desear.

Al final, queda el mal ejemplo que sigue siendo Lúcar para el periodismo nacional, tal como él mismo lo dijera, contrito, hace ya algunos años.

viernes, 18 de mayo de 2007

LA VOZ DE LA NANA


Ayer escuchamos con asombro las "explicaciones" que dió la empleada doméstica de la congresista Elsa Canchaya a la 11ava. Fiscalía Penal de Lima, cuando fue interrogada sobre sus actividades como "asesora" de la sinverguenza de su empleadora.

Jacqueline Simón Vicente dijo (debidamente preparada y entrenada) que las fotografías y el video donde se le muestra con uniforme blanco no eran lo que todos los peruanos imaginábamos; sino que era el uniforme de empleada de una farmacia donde trabajaba y que si acompañaba a los hijos de la congresista a las fiestas infantiles, era porque lo hacía en sus ratos libres e iba con el uniforme de la farmacia.

Cuando le preguntaron de qué farmacia se trabaja y dónde quedaba, ella contestó que no daría el nombre para "proteger" a los dueños de la farmacia del acoso de la prensa.

Interrogada de por qué no recogió su credencial de asesora del Congreso, dijo que no lo hizo por temor a que el terrorismo le hiciera daño, ya que ella "trabajaba" en el campo como experta en titulación de tierras (¡Plop!)

¿Es posible que la congresista Elsa Canchaya crea que los peruanos somos estúpidos? ¿Que el fiscal Miguel Narro Salazar es un retrasado mental? ¿Que haciéndole decir eso a la nana Simón va a pasar piola ante semejante delito?

Ya es tiempo que la ciudadanía haga algo, no podemos quedarnos de brazos cruzados a que los Mencholas, Canchayas y demás inescrupulosos hagan lo que se les venga en gana con el dinero de todos nosotros. Es tiempo qe aprendamos a elegir a nuestras autoridades.