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Los viajes y los olvidos hicieron que se me pasara de largo los 40 años de la muerte del comandante Ernesto Guevara de la Serna, que marcó a toda una generación de jóvenes que buscábamos en él, el verdadero cambio en la historia de nuestro Continente.
Aquellos balazos salidos del tembloroso cañón del fusil de Terán, acabaron con su vida, pero paradójicamente dieron vida a la vez a uno de los más grandes iconos de la historia de la humanidad.
Aquí va este pequeño homenaje, con un dibujo que muestra los pies del Che, luego que lo fusilaran en aquella vieja escuelita de la Higuera en Bolivia. Lo hice hace muchos años, está hecho a pluma sobre cartulina. Hasta siempre comandante Che Guevara.