Mostrando entradas con la etiqueta Alejandro Toledo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Alejandro Toledo. Mostrar todas las entradas

lunes, 25 de junio de 2007

POPY: EL EMBAJADOR DEL ERROR (VII)


Utilizando sus mejores artes, aprovechó la aparición ante la opinión pública del resultado de un examen toxicológico practicado a Alejandro Toledo meses antes, que demostraba que el hoy presidente había consumido cocaína. Entonces Olivera emplazó a todos los candidatos a que se sometieran de inmediato a un examen anti dopaje para demostrar que él no era consumidor de cocaína "a diferencia de Toledo" y tras señalar que "si alguien se niega a la prueba antidoping es que algo teme", sentenció mientras le cortaban una muestra de cabello en el laboratorio Roe, el 26 de marzo del 2001. Días antes de la prueba, Fernando Olivera llamó al reconocido médico Uriel García, quien postulaba en la lista de congresistas del FIM, para preguntarle los pormenores del examen toxicológico de cabello. "No te preocupes, el resultado podría estar en dos días si enviamos la muestra hoy mismo, además tienen que ser cabellos con raíz, para detectar posibles consumos en el tiempo", explicó el galeno a Popy en una conversación que fue registrada por la revista “Caretas”. Tras recibir esta información, Olivera prefirió hacer lo contrario y le fue cortado un pequeño mechón de las puntas de su cabello, según quedó registrado ante las cámaras de todos los canales de TV. Además, Olivera jamás mostró los resultados de la prueba y cada vez que se le preguntó al respecto, “toreó” a los periodistas. ¿Qué pasó?, ¿fue una tomadura de pelo hacia los electores?, ¿a pesar de tratarse de cabellos sin raíz, arrojaron algún resultado comprometedor para el candidato?, ¿o sencillamente la muestra nunca fue enviada a procesar? Cualquiera sea la respuesta a estas preguntas, lo cierto es que Olivera guarda celosamente el secreto sobre los resultados de dicho examen.

El mismo día de los comicios, el candidato del FIM se mostró más que optimista sobre sus posibilidades, pero el entusiasmo no le alcanzó. Obtuvo 9% de los votos y Alan García y Alejandro Toledo pasaron a disputar la segunda vuelta. Como señalaron hasta el cansancio los analistas, Olivera había sido un congresista y fiscalizador notable, pero no daba la talla para ser presidente, así, al menos, lo entendieron los electores peruanos. Había perdido soga y cabra al quedarse sin su curul parlamentaria y sin la presidencia. Sin embargo, Olivera tenía aún una última carta por jugar: dormir con el enemigo; en este caso, ver la posibilidad de aliarse al candidato Alejandro Toledo y cerrarle el paso a su enemigo Alan García.

La gran sorpresa vendría un mes después cuando Olivera anunció, en inusual conferencia de prensa, que el FIM se convertía a partir de entonces en aliado del "patriota" Alejandro Toledo, en lo que llamó una "alianza de gobernabilidad y moralidad", y se autoproclamó, además, adalid de una tenaz lucha para que Alan García de ninguna manera ganase en la segunda vuelta realizada en junio de ese mismo año. ¿Se está usted vendiendo por un plato de lentejas?, nos atrevimos a preguntarle ese día, mirándolo a los ojos, en su local de San Isidro. "No buscamos prebendas, este es un acuerdo de lealtad", respondió mientras nos asesinaba con la mirada.
Luego del ajustado triunfo de Alejandro Toledo a la presidencia de la República del Perú, Olivera inició sus habituales maniobras políticas para sacarle provecho a su alianza con el partido de gobierno. Poco tiempo después fue nombrado Ministro de Justicia, como parte de la flamante alianza FIM-Perú Posible. Una vez más, Olivera ingresó al centro mismo de la intriga, pero esta vez cómo un poderoso ministro. Pero una sombra de duda corrió como reguero de pólvora entre los peruanos: “¿Qué pruebas posee Olivera que podrían perjudicar al presidente Toledo? ¿Por qué el presidente aceptó una alianza con quien lo había injuriado hasta el cansancio?, ¿puro cálculo político?, ¿tiene asidero la versión que señala que Olivera chantajea al presidente con un vídeo, en el que aparece en una comprometedora situación con varias prostitutas? Muchas preguntas sin respuesta.

Las metidas de pata, exabruptos, presiones, intimidaciones e intrigas de Olivera, durante su paso por el ministerio de Justicia, han ocupado decenas de portadas y artículos, en las principales revistas y diarios del Perú.

Apenas iniciado su mandato, mostró sus dotes de intrigante al ocultar al jefe de Estado que tenía en su poder un vídeo en el que aparecía el hombre fuerte de Panamamericana Televisión, Ernesto Schutz, recibiendo 10 millones de dólares, a cambio de poner la línea editorial del canal al servicio del régimen. El 15 de septiembre del 2001, Genaro Delgado Parker llamó al ministro de Justicia, Fernando Olivera, para contarle que el productor de los vladivídeos, Roberto Huamán Azcurra, tenía en su poder un vídeo de Ernesto Schutz Landázuri, anterior administrador del primer canal del país.

Tras ver parte de la cinta, Olivera llama al jefe del Inpe para que hiciera los arreglos de una visita relámpago al penal Sarita Colonia, donde estaba Huamán Azcurra recluido. Esta visita ocurrió el sábado 15 o domingo 16 de ese año. Es evidente que Olivera usurpó funciones al visitar personalmente a Huamán y aún no queda claro qué fue lo que le ofreció el ministro a cambio de la grabación. Pero recién cinco días más tarde, la noche del jueves 20 Olivera llamó a procurador anticorrupción José Ugaz para informarle sobre la existencia de este vídeo, el cual fue entregado por Huamán finalmente el viernes 28 de septiembre del 2001.

Lo increíble del caso es que el 30 de septiembre, quince días después de haberse puesto en conocimiento el citado vídeo, Ernesto Schütz Landázuri se reunió con Alejandro Toledo Manrique, para tratar temas relacionados con el contenido informativo del canal. Vale decir que Olivera Vega habría engañado y escondido material de importancia trascendental al jefe de Estado poniéndolo en un serio aprieto, toda vez que apenas un par de días después de este encuentro, el vídeo en cuestión fue difundido a todo el país y Schutz escapó para refugiarse en Argentina.

viernes, 22 de junio de 2007

POPY: EL EMBAJADOR DEL ERROR (I)


Esta es una larga investigación periodística que hice al alimón con un acucioso periodista amigo, Ricardo Ramírez y que nos llevó varios meses de entrevistas y de unir datos sueltos en medio de una gran cantidad de recortes periodísticos, para reconstruir la vida política de ese oscuro personaje hoy desaparecido de escena: Fernando Olivera Vega.
Este trabajo nunca se publicó, así que antes que se pierda en el olvido, se los dejo para que lo lean. Serán varios post, pero servirán para conocer detalles poco conocidos de este politicastro de comedia barata. La investigación se realizó cuando Olivera era embajador del Perú en España.

EL EMBAJADOR DE TOLEDO
Omar Zevallos Velarde y Ricardo Ramírez de la Riva


Mira su reloj constantemente y espera moviendo el pie impaciente. Son las 2 de la madrugada, mientras al otro lado del planeta, en América Latina son apenas las 8 de la noche del día anterior. Sabe que esa vida de estar pendiente de lo que pasa en Perú, mientras el insomnio diario lo consume a miles de kilómetros, tiene que acabar de una buena vez; pero por ahora debe esperar a que su vocero personal lo llame para contarle lo que pasó en la vida política de su país.
El embajador del Perú en España Fernando Olivera Vega y líder del Frente Independiente Moralizador (FIM), ha mantenido un pie en Madrid y otro en Lima desde hace 17 meses, y desde entonces todas las noches está pendiente del sonido de su celular. A partir de esa hora, el teléfono no para de sonar. Lo llaman compañeros de partido, políticos de otras tiendas que quieren congraciarse con él, periodistas y hasta el propio presidente Alejandro Toledo y él siempre contesta.
Quiere saber si sus jurados enemigos personales, los miembros del Partido Aprista Peruano, han mencionado su nombre en alguna declaración pública, para desmentirlos. Quiere enterarse qué pasó durante el día en el país y qué ha hecho o dicho el presidente Toledo.
No puede vivir sin esos detalles, pues se sabe un protagonista de la coyuntura desde que decidió, sorprendiendo a sus propios compañeros de partido y a todo el país, unirse al presidente Alejandro Toledo Manrique y formar una alianza política para cogobernar. El siente que su destino está trazado y que tarde o temprano lo llevará a sentarse en el mismo sillón de su actual socio político y a quien en plena campaña electoral llamara “mentiroso”.
Pero, ¿quién es este curioso personaje? ¿Por qué está tan lejos del Perú? ¿Cómo es que llega a ocupar un espacio en la vida política del Perú?
Fernando Olivera Vega llegó a la escena política por primera vez en 1980, cuando sólo tenía 21 años y acababa de ser nombrado secretario general de la Fiscalía de la Nación, gracias a su matrimonio con la hija de un influyente banquero. El naciente organismo judicial tuvo como primer fiscal al jurista Gonzalo Ortiz de Zevallos, viejo magistrado de formas tradicionales y fue quien le dio el puesto al mozalbete Olivera, que no tenía una profesión ni título alguno, pues apenas había estado un par de años en la universidad del Pacífico, intentando estudiar Administración de Empresas. Su matrimonio con esta joven de la familia Wiese lo llevaría a vincularse con poderosos banqueros, de quienes se haría un aliado fiel e incondicional. Por aquella época Olivera era conocido por sus amigos como el “Muerto”, por el color cenizo de su piel.
Instalado en su primer trabajo formal, Fernando Olivera percibió que el puesto le había calzado como anillo al dedo, porque desde allí tenía acceso a información privilegiada sobre los procesos judiciales más sonados de aquellos años y por los cuales la prensa tenía interés.
Adulador y servicial, Olivera supo granjearse la confianza del viejo magistrado, Gonzalo Ortiz de Zevallos, y logró convertirse en el hombre clave de la Fiscalía de la Nación y ser el vocero oficial del organismo. Así, cada vez que la prensa iba en busca de la noticia judicial, salía el jovenzuelo Olivera a declarar bajo el argumento de que el fiscal se encontraba ocupado y él era el encargado de dar declaraciones a la prensa, no siempre con felices resultados, por lo que el Fiscal debió salir muchas veces a explicar y desmentir la declaraciones de su inexperto secretario.
Por aquellos años, la violencia terrorista de Sendero Luminoso sacudía el Perú y sucedió un hecho de sangre que marcó para siempre la historia de la prensa nacional. Un grupo de periodistas que iban en busca de la verdad sobre la aparición de cadáveres en la convulsionada población ayacuchana de Uchurucay, fueron asesinados a pedradas por un exaltado y asustado poblado andino, que los confundió con terroristas. Un tiempo después y luego de minuciosas investigaciones, fueron encontrados los cadáveres de los ocho periodistas asesinados y algunas de sus pertenencias; entre las cuales, se halló un rollo de película del reportero gráfico Willy Retto.
Aquellas fotografías tomadas por el malogrado fotógrafo serían las últimas que hiciera antes de morir y contenían los rostros de sus asesinos. Aquel valioso testimonio gráfico era una prueba instrumental de indudable valor judicial, pero también periodístico. Unas semanas después, la influyente revista “Caretas” publicaba en exclusiva las fotografías de la matanza.
¿Cómo salieron de la Fiscalía de la Nación? ¿Quién entregó las fotografías a la revista?, pues todos los testimonios recogidos apuntan hacia Fernando Olivera. Según ex trabajadores de la Fiscalía, aseguran que fue el joven secretario quien las entregó para ganarse la simpatía y el respeto de la revista; aunque algunos, como el congresista aprista y enemigo acérrimo de Olivera, Jorge del Castillo, sostienen que “quedó fehacientemente comprobado que vendió la fotos y cobró en billetes para sacar provecho personal”.