Aunque con algún retraso, pero con el gusto que nos da disfrutar de un buen chisme, les cuento uno del que me enteré de muy buena fuente, sobre el inefable presidente venezolano Hugo Chávez.
Resulta que a la gran incomodidad que significó tenerlo como huésped en las lujosas habitaciones del Hotel Casa Andina de Miraflores, cuando vino para participar en la Cumbre ALC-UE, se sumó un detalle que podría pasar como insignificante, pero que revela la sicología del personaje.
Apenas bajó de su limousina, dió una orden a su secretario personal, para que llevara "el cuadro" a su habitación.
El "cuadro", no era otro que ese famoso retrato del libertador Simón Bolívar que luce invariablemente en sus conferencias de prensa en el Palacio de Miraflores en Venezuela. Como ven, Bolívar acompaña a todos lados a Chávez, como su fiel guardián.
Dicen que tuvieron que quitar un espejo de la habitación para colgar el retrato de Simón.
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